SOBERBIA |
Con
hombre vano, ni en invierno ni en verano
|
No sé que me haga: si ponerme a servir o buscar criada | Quien tiene buen anillo todo lo señala con el dedillo | El que en sí confía yerra cada día |
Quien
escucha es discreto; quien se escucha, necio
|
Aprendiz de todo, maestro de nada |
Dijo la satén al cazo; quita allá, que me tiznas | Consejos vendo; y para mi no tengo |
Con
ayuda del vecino mató mi padre un cochino
|
No es tan fiero el león como lo pintan | Antes se pilla al mentiroso que al cojo | Por la boca muere el pez |
Siempre ha de hablar un lisiado a la puerta de un jorobado | San
cercano no hace milagros; san lejares, por centenares
|
Sabios conocí; sabios para otros y necios para sí | La carrera del tonto se aprende pronto |
Saber
mucho y decir tonterías, lo vemos todos los días
|
Quien alaba al tonto la tontería, lo hace más tonto todavía | Aunque
la mona se vista de seda, mona se queda
|
A los borricos, alfalfa |
Quien de ajeno se viste, en la calle lo desnudan | No hay cosa tan bien repartida como el talento: cada cual con el suyo está contento | De
dineros y bondad, la mitad de la mitad
|
Cuanto más tu saber alabes, menos sabes |
Presumir y no vales es mascar sin comer | Si lo que quieres parecer fueras, ¡cuanto más valieras! | Nadie es más engreído que un tonto bien vestido | Quien menos vale, más presume |